¡Hola de nuevo! Soy Noelia, y hoy quiero compartir contigo la tercera (y última) entrega de mi experiencia trabajando para el JRS Grecia, en Atenas.
Como podréis imaginar a raíz de mi artículo anterior, la problemática que ha vuelto a estar en el centro del debate en materia de migración y refugio en Grecia son los campos de refugiados. Las personas solicitantes de asilo deben trasladarse a ellos para seguir percibiendo la ayuda económica que otorga el gobierno. Las personas que quieren demandar asilo obligatoriamente tienen que registrar su solicitud en las oficinas de los campos. Cada día más personas se ven forzadas a desplazarse hacia los campos, en localizaciones alejadas de la ciudad y sus servicios y con difícil acceso en transporte público. Todo ello, en un momento en el que precisamente las organizaciones de la sociedad civil están encontrando grandes dificultades para acceder a ellos, prestar servicios a sus habitantes, o tener información sobre las condiciones de vida y seguridad que tienen las personas que habitan en las instalaciones.
Si este es el foco ahora en nuestras actividades de incidencia política, en conjunto con el resto de organizaciones de Atenas, nuestro día a día en los proyectos atiende a otra realidad; la de las personas refugiadas que habitan en la ciudad, y la de muchas otras que han decidido a quedarse, aún con los riesgos y dificultades que ello conlleva. La demanda de ayuda de emergencia (fundamentalmente vivienda, comida y artículos básicos) sigue creciendo día tras días, y todas las ONG intentamos coordinar nuestros esfuerzos para maximizar nuestros recursos y poder dar una respuesta. Hemos realizado varias reuniones de coordinación, especialmente entorno a las posibilidades de alojamiento que se pueden ofrecer actualmente a las personas migrantes y refugiadas. Hemos contactado con varias empresas y organizaciones para explorar posibilidades de donaciones en especie, sobre todo en artículos para bebés, con el objetivo de dar soporte a todas las madres solteras y familias que acuden a nuestros proyectos y se involucran en nuestras actividades. Respecto a las clases, continuamos intentando reforzar especialmente nuestra oferta de griego y los talleres de empleabilidad, para poner el foco en la integración de nuestros beneficiarios y beneficiarias.
Las cosas continúan en movimiento, y el equipo continúa dando el 100%, buscando nuevas soluciones y recursos sin descuidar el día a día de nuestra labor en la oficina y los proyectos. Sin embargo, el camino en JRS Grecia para mí acaba antes de lo esperado. Por un buen motivo claro, ¡he conseguido trabajo como coordinadora de convenio en Entreculturas! Gracias a la experiencia en comunicación e incidencia política que he tenido en estas prácticas, he podido aplicar a esta oportunidad profesional y conseguirla. Aunque estoy muy triste por tener que finalizar mi estancia antes de tiempo, también me emociona el reto que tengo por delante. Han sido tantos los aprendizajes que me llevo del trabajo en terreno… desde mi visita a Bruselas para participar en el la reunión anual de Advocacy del JRS Europa, la elaboración de newsletters y materiales de comunicación de la entidad, hasta las clases de inglés en Pedro Arrupe Center o los días recogiendo testimonios o apoyando en el Women Day Center. Verdaderamente, ha sido una experiencia 360º, que me ha permitido conocer desde lo global (estrategia, plan de acción…) hasta lo más concreto (trabajo administrativo, implementación de actividades en los proyectos…). Me despido del JRS Grecia y de su maravilloso equipo, pero continuaremos siempre juntos en esta labor: la de contribuir desde allá donde estemos, en cada cosa que hagamos, a crear un mundo más diverso y un mejor día a día para todas las personas que migran, defendiendo sus derechos y promoviendo su integración y acogida.
Noelia del Olmo pertenece al programa de Prácticas en Terreno de la Cátedra de Refugiados y Migrantes Forzosos de la Universidad Pontificia Comillas.