“La poca tolerancia a la frustración es más de los padres que de los hijos”

Hace años, a la generación de nuestros padres o de nuestros abuelos no es que les importara menos, sino que las cosas se hacían de una manera y punto y no se cuestionaban otras cosas. Por suerte cada vez hay más investigación, evolucionan la psicología y la pedagogía, y aspectos que antes la intuición hacía pensar que eran positivos hoy se demuestran que no lo son tanto. Todo eso genera un cuerpo de conocimiento que al juntarlo con la motivación de los padres hace que cada vez estemos un poco más implicados.

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[fa type=»file-text»]  Fuente: El País

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